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Trabajo y felicidad

Es bastante paradójico pero sobre todo una realidad absoluta, al menos una tercera parte de la vida o más la pasamos en el trabajo; así se ha desarrollado el concepto de la vida en sociedad en el mundo entero. Y lo paradójico es que el sitio en que trabajamos, que supone es una labor remunerada que nos permita vivir mejor, en muchas ocasiones lo que logra es alejarnos del bienestar, de la felicidad y nos enfermamos por culpa del trabajo, por culpa de una cultura laboral que actúa en contrario con el bienestar de la gente.

Solemos confundir para qué trabajamos, bien lo dijo el papa Juan Pablo II, el trabajo es para vivir, la vida no es para trabajar.

La cultura es la clave de todo este tema, aquí y allá, en el desarrollo de las empresas, grandes o pequeñas, los empresarios piensan en los números positivos, en la eficiencia, en la rentabilidad, en el crecimiento, y eso está perfecto, debe ser así;  pero casi nunca en qué tipo de cultura se espera desarrollar, tremendo descuido histórico, la cultura empresarial simplemente sucede, no se piensa.

Entendiendo cultura como la interacción de los valores personales, actuando en el colectivo de la empresa, tiene que ver con valores. Siendo así, las empresas hacen una declaratoria, que normalmente son palabras muertas puestas en una pared, donde se declara: la misión, la visión y los valores de la organización (M, V, V). Esa declaración lleva el pensamiento de lo que los propietarios quisieran que sea, muchas veces salidas del pensamiento de alguien, sin el análisis suficiente como preguntarse qué tan alineados son esos deseos con los valores de la gente que labora en la empresa.

Es estadístico, en la gran mayoría de las empresas en el mundo, los planes estratégicos que fueron diseñados, igualmente en las oficinas de los dueños sin considerar los aportes de la gente de la empresa, fracasan porque chocan contra la cultura, bien lo decía el gran pensador y  gurú de los negocios, Peter Drucker, “la cultura se come a la estrategia en el desayuno”.

Pero, ¿podemos realmente pretender ser felices en el trabajo?, desde luego que sí, hay una gran tendencia en desarrollo en varios países del mundo, y es no solo hacer análisis del estado de la cultura, sino de hacer cambios sustantivos en pro de mejorar la salud de la empresa, es la búsqueda de organizaciones saludables.

Ya veremos más en otras próximas notas.

¿La felicidad es solo una acción personal?
Epigenética y felicidad.