Vida sana

Resiliencia, tres de tres características

Capacidad para improvisar.

Este artículo es el tercero de tres, de las características clave para entender cómo las personas más resilientes logran recuperarse más pronto que otras ante los vaivenes de la vida.

Esta característica de la gente más resiliente se refiere a la capacidad de construir con lo que tenemos a nuestro alcance.

El ejemplo más conocido de improvisación es referido a los artistas, sobre todo y más claro aún es con los músicos, en el teatro y en los humoristas. Pero no nos resulta familiar pensar en improvisar en lo personal, en la cotidianeidad y menos aún en las empresas, sin embargo, es claro que si se da y más de lo que podamos imaginar.

También podemos relacionar la capacidad para improvisar con el concepto de mente flexible. Al igual que un atleta que se estira antes de un gran juego para preparar sus músculos para que sean flexibles y puedan cumplir con las demandas de la competición, podemos estirarnos mentalmente antes de los desafíos conocidos para ayudarnos a ser mentalmente flexibles. Tener una mentalidad flexible consiste en no gastar nuestra energía lamentándonos de cómo deberían ser las cosas, sino aceptarlas cómo son y decidir la mejor manera de enfrentar el momento, con la mejor versión de ti mismo.

La importancia de ser más flexibles está presente desde hace mucho tiempo en la literatura oriental. Los taoístas decían que “la flexibilidad es la gran firmeza”. Lao Tsé dijo que “lo duro y lo rígido son propiedades de la muerte” mientras que “lo blando y flexible son propiedades de la vida”. Lao Tzu se sumó a las ideas de pro-flexibilidad diciendo “nada es más suave y flexible que el agua, sin embargo, nada la puede resistir”.

Para lograr ser flexibles mentalmente tiene que ver con aumentar nuestra capacidad de enfrentar nuevas ideas o paradigmas que desafíen lo que sabemos o pensamos. Es una forma de mantener nuestra mente fresca, joven y abierta.

La mejor manera de lograrlo es leyendo a diario material que nos desafíe. Si siempre leemos el mismo diario, o escuchamos a los mismos autores, siempre veremos las cosas desde el mismo punto de vista. Si, en cambio, nos exponemos periódicamente a ideas nuevas y puntos de vistas desafiantes, mantendremos abierta nuestra mente a nuevas opciones. Al mismo tiempo estaremos desarrollando bases para comprender mejor a quienes nos rodean. En este concepto anterior de qué hacer para lograr una mente flexible, podemos ver claramente dos ideas que riman totalmente con la resiliencia, desafiar el cerebro siempre a aprender cosas nuevas, de seguro que tendremos un cerebro más sano, sin importar la edad, nuestro criterio se verá ampliado, y ese mayor conocimiento agregado por ese desafío cerebral, también es muy conveniente para una mayor resiliencia. Y el otro punto del concepto es la empatía, tan necesaria y útil para poder tener una mejor y sana vida social, una mejor relación con los otros, procurar entender y sentir porqué las otras personas hacen y/o dicen lo que hacen y dicen, eso es garantía de mucha resiliencia y una mejor calidad de vida.

Al final todo lo dicho tiene relación con estar presentes, vivir el presente y con lo que tenemos a mano, ser mentalmente flexibles para acceder a una mayor resiliencia, que invariablemente nos llevará a una mejor calidad de vida, a una vida buena.

Atrévase a ser feliz.

Resiliencia, dos de tres características
Paz y felicidad, solo para valientes