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Relación entre neuroplasticidad y felicidad

1-1 Introducción.

“El fuego nos dio poder, la conversación hizo posible que cooperáramos, la agricultura alimentó nuestra ambición, la mitología sostuvo la ley y el orden, el dinero ofreció algo en que confiar, las contradicciones crearon la cultura, y la ciencia nos hizo imparable.” (Noah Harari, Sapiens, de animales a dioses. Nov. 2016).

Es fascinante cuando se hace un recorrido por que lo ha sido el paso del homo sapiens por la tierra, y sobre todo, después de una etapa evolutiva de millones de años, pareciera haber un acelerón exponencial del conocimiento, después de que en el cerebro del sapiens se desarrollara la corteza prefrontal. En los últimos,  poco más de cien años,  los logros de avances en la ciencia ciertamente nos ha hecho imparables, y quizá desde el descubrimiento del átomo, luego de la genética y por último del funcionamiento del cerebro, cuando en 1888 Ramón y Cajal, científico español, señaló que la estructura cerebral está compuesta de subunidades más pequeñas o neuronas; con estos nuevos hallazgos es  cuando se nos han abierto las opciones, de no solo profundizar en el conocimiento de este magnífico órgano del cuerpo humano, sino que nos ha permitido este nuevo y profundo conocimiento sobre el funcionamiento del cerebro, que como especie hayamos podido buscar respuestas apoyadas en lo científico, mas allá de las creencias de tiempos pasados, y empezar a ligar de manera real la respuesta tan ansiada sobre cómo puedo ser feliz, y su relación con la biología cerebral, (neuroplasticidad) y otros hallazgos sobre el cerebro humano.

Si entendemos la felicidad  como un sentimiento formado por la interacción  de factores endógenos y exógenos, donde cada factor tiene un peso relativo diferente, es por medio de los conocimientos biológicos endógenos que se puede explicar un muy alto porcentaje, la felicidad del ser humano. Podemos entonces ligar la neuroplasticidad del cerebro con la felicidad, conocimiento científico que ha derribado el viejo mito de que nacemos con un determinado número de neuronas y que con el paso de los años se van muriendo, y no hay nuevas neuronas ni reparaciones de las dañadas en el proceso de vivir; situación que no es así, ya que el cerebro tiene la capacidad de cambiar su estructura y funcionamiento a lo largo de la vida como reacciones a cambios internos y del entorno.

1.2 Relación entre la neuroplasticidad y la felicidad.

Dos sencillas definiciones sobre neuroplasticidad:

  1. Se refiere a la capacidad del encéfalo, (cerebro), para cambiar su estructura y funcionamiento a lo largo de la vida como reacción a la diversidad del entorno.
  2. Toda respuesta cerebral que se origina frente a cambios internos o externos y que obedece a modificaciones reorganizadas en la percepción y en lo cognitivo.

La plasticidad neuronal representa la facultad del cerebro para recuperarse y reestructurarse.

Mirando los cerebros de manera superficial todos parecen iguales, con una estructura básica y una forma determinada, pero ya profundizando en detalles veremos lo diferentes que son todos entre sí, no hay uno idéntico a otro, cada uno contiene circuitos neuronales de formas y distribuciones diferentes. Estas diferencias que hacen de nuestros cerebros algo único e irrepetible tienen que ver con el hecho de cada vida es única y las experiencias vividas son las que moldean finalmente nuestro cerebro y hacen que ocurran cambios físicos permanentes.

Pero, ¿cómo ocurre la plasticidad del cerebro?

La neuroplasticidad se basa en el modo en el que las neuronas se conectan entre sí. Tal como los descubrió el científico español, Ramón y Cajal, el cerebro no es un estructura compuesta por una maraña de células compactadas, sino que son cuerpos microscópicos con autonomía y físicamente separadas  las unas de las otras, sin llegar a unirse entre sí. Cuando un grupo de neuronas se activan a la vez, tienden a mandarse información entre sí, cuando este patrón de activación se repite con frecuencia, estas neuronas no solo se mandan información, sino que tienden a buscar una unión más intensa con las otras que se activan a la vez, esto se conoce como redes de Hebb.

Se tienen diferenciadas dos tipos de plasticidad cerebral, la sináptica y la neural.

La sináptica se refiere a cambios de duración variable en la función sináptica y con origen en estímulos externos que condicionan el aprendizaje.

La neural es la capacidad de las áreas cerebrales o grupos de neuronas, de responder funcional y neurológicamente en el sentido de suplir las deficiencias funcionales provocadas por la lesión.

Diferentes equipos de neurólogos y psicólogos cognitivos que estudian los procesos de plasticidad sináptica y neurogénesis, (ocurre cuando grupo especial de células madre, que se encuentran en  el giro dentado y el hipocampo y posible corteza frontal, se divide en dos células, una madre y la otra se convertirá en neurona con axones y dendritas), han demostrado que la batería de ejercicios clínicos de estimulación cerebral de CogniFit, (software para medir con precisión y estimular las habilidades cognitivas), ayuda a fomentar la creación de nuevas sinapsis y circuitos neuronales, capaces de reorganizar y recuperar la función de la zona dañada y la transmisión de capacidades compensatorias. Las investigaciones evidencian que la plasticidad cerebral se activa y fortalece aplicando este programa clínico de ejercicios de intervención. Se puede ver abajo una representación artística de cómo podría desarrollarse una red neuronal tras someterse de forma continuada a la estimulación cognitiva adecuada.

Hasta aquí hemos dado una serie de explicaciones y argumentos sobre la neuroplasticidad, buscando la forma sencilla  para que sea accesible a todo lector, pero, ¿qué tiene que ver con la felicidad todos estos conocimientos científicos?

La felicidad  no es un estado al que se llega por azar, sino que es el resultado de la actividad de unos circuitos cerebrales diseñados por el proceso de la  evolución, para producir en estado de bienestar, así la felicidad puede estudiarse científicamente como cualquier otra función de la mente humana. Hoy sabemos que la felicidad se consigue con nuestra voluntad.

 Aristóteles, (384 al 322 AC),  decía que “la felicidad es la consecuencia de  una acción”.

John Locke, (1632 al 1704 DC), dijo, “los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una consecuencia de la circunstancia”.

Sin plasticidad cerebral  no podríamos crear ideas abstractas necesarias para generar una memoria autobiográfica que nos permita ser conscientes de nosotros mismos, ni podríamos aprender de nuestros errores ni disponer de lo que llamamos “vida mental”.

Sin la neuroplasticidad no podríamos tener la resiliencia, que es la capacidad de superar situaciones muy duras. El mejor y claro ejemplo  está basado en el conocimiento que se tiene de que la percepción de bienestar subjetivo no mengua a medida que envejecemos, lo cual indica que a pesar de todos los golpes que pudimos recibir en la vida, estos no se acumulan ni comprometen nuestra felicidad de forma crónica. Este mantenimiento del bienestar,  sucede por la capacidad  de las neuronas a la hora de reorganizarse entre ellas del modo más conveniente, incluso cuando la edad hace que muchas de ellas vayan desapareciendo.

Es por la neuroplasticidad que podemos mantenernos a flote a pesar de las adversidades físicas y emocionales que nos depara el diario vivir, nunca debemos olvidar que somos seres en permanente cambio, y esto es igual de valido para nuestra psique.

Sin la neuroplasticidad la gente con lesiones cerebrales no tendría oportunidades de recuperar su bienestar y estaría condenada a la infelicidad que la condición lesionada de su cerebro le mantendría por el resto de su vida. Es por eso que la ciencia nos ha hecho imparables, y ¿qué es más importante para el ser humano que poder conocer y saberse dueño de poder ser feliz de acuerdo a su voluntad?, y que ante posibles daños internos y por los cambios del entorno, aun así puede siempre optar por ser feliz a voluntad.

1.3 Referencias.

Yuval Noah Harari, Sapiens, de animales a dioses, octava edición, Noviembre 2016.

Yuval Noah Harari, Homo Deus, tercera edición, Noviembre 2016.

Adrián Tglia, Plasticidad cerebral, ¿qué es?, Google.

Elaine Maciques Rodriguez, Plasticidad neuronal, PDFfactory pro. Google.

Richard J. Davidson, neuroplasticidad, libertad emocional. Google y youtube.

Dra. Aleida de J. Dedeu Martínez, Dra Raisa Rodríguez Palacios, Dra Marta Brown Martínez, Dra. Amarilys Barbie Rubiera, Algunas consideraciones sobre neuroplasticidad y enfermedad cerebrovascular. Google.

Cognifit, plasticidad neuronal y cognición, plasticidad cerebral. Google y youtube.

Asensio Aguilera, Plasticidad, nuevas tecnologías y cambios mentales. XII congreso internacional de teoría de educación. Universidad de Barcelona.

Manuela Martínez, Luis Moya Albioi, Segunda Sánchez Lorente y Nicolás Ruiz Robledillo. Cómo reprogramar tu cerebro para ser feliz, revista Agora do Orcellom, num. 28, 2014.

Edward Punset, Redes plasticidad cerebral, youtube.

Edward Punset, Felicidad en tiempos de crisis. Youtube.

Dr. Gabriel Gutiérrez Ospina,  felicidad a nivel físico, mental y emocional, youtube.

Dr Sood, Cerebro y felicidad, youtube.

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