La sociedad capitalista de consumo nos ha adoctrinado muy bien, y hemos creído como un dogma, que ser exitosos es lograr altos puestos en las organizaciones y/o lograr altos ingresos económicos para adquirir las cosas consumibles que la sociedad ofrece, poder tener a nuestros hijos en escuelas privadas, llenos de una agenda profesionalizada, sin tiempo para el ocio. Hoy nuestros hijos lo tienen todo, (un segmento no tan grande de la sociedad lo puede hacer), menos a nosotros.
El éxito ha estado supeditado a poseer si se quiere el prestigio que dan los títulos universitarios, los altos puestos ejecutivos en las organizaciones y desde luego los altos ingresos económicos. Estas condiciones de las personas son muy valoradas por la sociedad, sin embargo, la realidad de los que logran llegar a esos niveles, en la sociedad del conocimiento y del consumo, es muy poca, por un tema de oportunidades reales para la mayoría, ya que es más un tema discursivo que real, es más político.
Hasta nos ponen como referentes a personas que han alcanzado grandes fortunas de dinero, y nos dicen que, si queremos y nos esforzamos, todos podemos llegar a ser como esos referentes, todos podemos ser Elon Musk o Jeff Bezos, u otras personas excepcionales, de las muy pocas que hay en el mundo, generadores de grandes riquezas económicas. Estos referentes han tenido la genética, las circunstancias y las experiencias muy diferentes a los otros. ¿Serán sus vidas fuera del bullicio de la vida laboral y comercial, igual de exitosas?, ¿por qué no tomar como referentes a esas muchas personas que son felices?, ¿que transcurren por la vida sin prisa, con mochilas livianas, sin estrés crónico, a esas personas que se les nota a la distancia que están viviendo la vida buena, la vida feliz?, es más realista y posible tomar como referentes a estas personas que a los otros, aunque puede ser que esos otros también sean felices, sin embargo, los estudios no demuestran que esto realmente sucede cuando se tienen grandes logros económicos y posiciones sociales elevadas producto del dinero.
En la sociedad total solo el 7% de la población llega a tener estudios universitarios completos, así que lo dicho anteriormente es un objetivo para muy pocos, es por eso por lo que la definición de éxito en la vida no puede cubrir solo al 7% de la población. La verdad es que hemos olvidado el bien común, cosa que fue posible, se dieron grandes logros para mayorías importantes, después de la segunda guerra mundial en las tres o cuatro décadas siguientes, luego hemos caído en el drama que es creciente año tras año en las últimas cuatro décadas, una acelerada y odiosa desigualdad social, que va en sentido contrario a lo que se ha definido como “éxito en la vida”.
Desde mi perspectiva, como todo en la vida cuando se trata de valoraciones internas del ser, el éxito en la vida es un concepto subjetivo y puede variar de persona a persona, el éxito puede ser visto desde diferentes perspectivas. Algunas personas pueden considerar que el éxito se trata de tener muchos recursos económicos, mientras que otras pueden pensar que el éxito está en cumplir con los dictados de su religión y asegurarse la recompensa en la vida del más allá.
Desde una mentalidad social, el éxito estaría en crear el mayor número posible de vínculos sociales, y ser valorado positivamente por el mayor número de personas.
Desde una mentalidad filantrópica, el éxito sería haber conseguido ayudar durante la vida al mayor número de personas posibles, lo que llamamos altruismo.
Desde una mentalidad espiritual, el éxito está en llegar a la paz mental. No importa que no tengas amigos, ni dinero, ni gloria, si consigues que tu mente esté por fin en paz.
El cuestionamiento que hago a lo que la sociedad considera éxito en la vida, es que ya no es producto del ámbito subjetivo y estrictamente personal, sino que se ha vuelto un objetivo de vida del colectivo, los mensajes adoctrinantes y valorados por la sociedad, es el concepto de éxito ligado a las posiciones sociales, laborales y los altos ingresos, y eso nos ha convertido en una sociedad consumista, narcisista y solitaria.
En resumen, para mí, el éxito en la vida pasa por una combinación de lo económico, lo social, lo espiritual, lo religioso. Importa mucho mi salud, física, emocional y psicosocial, mi familia, los amigos, los otros, la naturaleza; transcurrir por la vida con una mochila más liviana, disfrutar del ocio, buscar la paz mental, y sobre todo la felicidad que nos brinda el altruismo, la gratitud, la colaboración, el bien común. Esa es la vida buena.
Atrévase a ser feliz.
