Vida sana

La confianza, factor clave.

En un entorno caótico como en el que vivimos, la autoconfianza y la confianza en los otros, resulta factor clave para permanecer cuerdo en medio de una sociedad bastante disparatada. En quién confiar cuando el narcisismo es el que predomina en la sociedad, pero, decía en una nota anterior, que la resiliencia puede hacer la diferencia entre el éxito o el fracaso de una persona, de una organización y de la humanidad misma; y además esa resiliencia requiere de mucha confianza, de lo contrario es muy posible no se desarrolle del todo, salvo en aquellas personas en que la resiliencia se manifiesta de forma natural, se trae de origen. Resiliencia es qué tan rápido nos recuperamos de los golpes de la vida y salimos fortalecidos.

La autoconfianza.

A menudo se utilizan como sinónimos, la autoestima y la autoconfianza, sin embargo, son conceptos distintos.

La autoestima se refiere a la valoración emocional que hacemos de nosotros mismos, en sencillo, al amor propio que tengamos o no.

La autoconfianza se refiere a la confianza en uno mismo sobre las propias capacidades, habilidades y criterios. En este sentido, la autoconfianza está relacionada a la convicción de “ser capaz” de lograr lo que uno se plantea o de satisfacer necesidades personales o exigencias del entorno; es una ecuación que siempre suma, autoconfianza y resiliencia.

La autoestima tiene que ver mucho con el amor propio, cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo nos tratamos. Por su parte, la autoconfianza implica creer en uno mismo y en nuestros recursos, habilidades y juicios.

Como siempre en la vida de cualquier persona, todo inicia y termina con lo recibido desde que nacemos, empezando por papá y mamá, luego el círculo familiar más cercano; En esos primeros 10 o 15 años es cuando se está gestionando el desarrollo de la personalidad, de la identidad, la autoestima, la autoconfianza, y es también en esas edades tempranas cuando empezamos a recibir casi siempre en automático, sin filtros, las creencias que nos acompañarán el resto de nuestra vida si no somos capaces ya de adulos de cuestionarlas. Es en esas edades tempranas donde se pueden instalar traumas mentales, todo por experiencias vividas, por lo que vemos haciendo a esas personas cercanas, más que por lo que escuchamos que nos dicen, o por circunstancias de vida en esas edades y un poco más. También lo sucedido en estos primeros años de vida, condicionan la confianza que podamos tener en los otros, si no hay autoconfianza, menos tendremos confianza en los demás. Nadie puede dar lo que no tiene, es lapidaria esa frase, nadie puede dar a los otros lo que no existe en nosotros, es por eso por lo que desarrollar la autoconfianza será factor clave para poder confiar en los demás, así de determinante es.

Aún así, ya de adultos podríamos desarrollar esa autoconfianza con una adecuada gestión de un alto autoconocimiento.

Algunas ayudas muy importantes para el desarrollo de la autoconfianza:

Identificar nuestras fortalezas: Hay que hacer una lista de nuestras fortalezas. Esto ayudará a reconocer los puntos fuertes y a tener una mejor percepción de uno mismo. Enfocando nuestra vida desde las fortalezas que se nos dan naturalmente, nos enfocamos en ellas y las potenciamos al máximo, de seguro vamos a tener mejores herramientas para transitar por la vida buena. Sitio en la Universidad de Pensilvania, donde pueden hacer la prueba de fortalezas de carácter de manera gratuita. Authentichappiness.com.

Aceptar nuestras debilidades: Es un paso importante para mejorar nuestra autoconfianza. Todos tenemos áreas en las que no somos tan buenos, y eso está bien; no es cierto que podemos ser buenos en todo lo que quisiéramos hacer. Aceptar es un paso trascendental para no gastar energía en procurar cambiar lo que no se puede cambiar.

Establecer objetivos realistas: Establecer objetivos realistas y alcanzables, siempre retadores pero posibles, puede ayudar a mejorar nuestra autoconfianza. A medida que vayamos logrando esos objetivos, de hecho, nos sentiremos más seguros y confiados en nosotros mismos.

Visualizar el éxito: Es una técnica efectiva para mejorar la autoconfianza. Imaginar que hemos logrado los objetivos y cómo nos sentiríamos al respecto. Siempre es un ejercicio que suma mucho cuando visualizamos el logro futuro, logramos sentir esas emociones posibles y eso se convierte en un empujoncito más para movernos en esa dirección. Luego escribiré un artículo sobre lo que considero es el éxito en la vida.

Cuidar el lenguaje interno: Se refiere a la forma en que hablamos con nosotros mismos; ser amable con uno mismo y evitar esas autocríticas que se convierten en autosabotajes, que nos alejan de nuestros objetivos. La persona con la que más conversamos todo el día es con nosotros mismos, es probado que las palabras condicionan nuestra conducta, nuestras emociones, es por eso por lo que no usar lenguaje autodestructivo es muy relevante para esa autoconfianza que buscamos desarrollar,

Buscar apoyo: Hablar con amigos o familiares queridos y cercanos puede ser una buena forma de obtener apoyo emocional y mejorar la autoconfianza. El narcisismo nunca es una buena idea, creer que solitos podemos resolver nuestros asuntos internos es sabido que el efecto que se logra es todo lo contrario a lo buscado, ya que por nuestra naturaleza es girar siempre en torno a los otros, esas conversaciones se convierten en un bálsamo para enrumbar nuestras acciones en procura de los objetivos trazados.

Confianza en los otros.

La confianza en los otros es una actitud que concierne el futuro, en la medida en que este futuro depende en gran medida de la acción de los otros, como siempre lo ha sido y lo será, por esos somos seres sociales. Es una especie de apuesta que consiste en no inquietarse del no control y del tiempo del otro. Se pude ver el confiar como darle al otro la oportunidad de herirnos, dañarnos o decepcionarnos, pero también la de ayudarnos y acompañarnos. La confianza en los demás es un ingrediente imprescindible para estrechar lazos y dar paso a la intimidad. Sin embargo, confiar implica un riesgo y supone renunciar a la seguridad. ¿Qué hace que confiemos en los demás? Nuestra naturaleza social es una de nuestras primeras motivaciones para confiar, establecer relaciones significativas con los demás es beneficioso para nuestra salud, la pertenencia es una de nuestras necesidades básicas. Además, la socialización nos resulta gratificante e influye de manera positiva en nuestra autoestima y para la vida buena.

En la vida laboral la confianza es sumamente significativa, no se pide, se logra con los hechos. En una organización en que existen esos vínculos de confianza en todos los niveles, es factor clave coadyuvante para el logro de los objetivos y metas personales y organizacionales.

Atrévase a ser feliz.

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