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Empresas saludables: clave para tener trabajadores felices

empresas saludables

Cada vez son más las voces que afirman que la riqueza de una empresa depende de la salud de sus trabajadores. La búsqueda de cómo ser feliz ha llevado a las empresas a tomar acciones para tener trabajadores felices; de esto nacen las empresas saludables. Pero, adentrémonos un poco más desde los orígenes del trabajo, sigue leyendo nuestro post.

Origen del trabajo

El origen de la palabra trabajo, viene del latín “tripaliare”, que se origina del “tripalium”, que era un método de tortura, en tres palos ataban a los esclavos y los azotaban cuando no cumplían con sus obligaciones. El trabajo se hace porque es la manera social que se fue diseñando a lo largo de muchos años, para poder vivir en la sociedad, hay que generar dinero, y para ello hay que trabajar. La palabra negocio se origina del latín, con la negación, “nec” y “otium”, que ambas significan lo que no es ocio.

Un poco de contexto mundial sobre la realidad de lo que sucede alrededor del trabajo.

Los hechos son muy elocuentes. Según datos de la organización Mundial del Trabajo, (OIT), la media de horas laboradas en la vida de una persona son 90.000 horas; esto es como un tercio de la vida; además otros estudios nos muestran que el 20% de las personas odian su trabajo. Otro 20% si está disfrutando mucho de su trabajo, y el resto, 60%, manifiesta que no están a gusto con lo que hacen, pero lo necesitan.

Hay tres razones por las que la gente trabaja, además de la generación de dinero, más bien son motivaciones,

  1. Porque es el medio para generar dinero y poder vivir en sociedad, sobre todo para satisfacer necesidades básicas.
  2. Porque permite generar posibles escaleras de ascenso y así generar mayores ingresos,
  3. Porque realmente se identifican y disfrutan de lo que hacen y además les genera ingresos para estar en el modelo social.

Otros hechos, la causa mundial responsable de la mayor cantidad de ausentismos laborales son los trastornos de conducta, situaciones emocionales, tan propias de los humanos, somos seres emocionales que ocasionalmente razonamos. Estos trastornos son depresiones agudas y/o crónicas, ansiedad aguda y/o crónica, ataques de pánico, etc. Esto es grave no solo para los trabajadores, sino para la familia y para la sociedad en general, pero además tiene costos muy elevados para las empresas, valdría la pena que se haga el esfuerzo de tabular, si no lo tienen, las causas de los ausentismos, (incapacidades), puede darse la sorpresa de que sean en una buena proporción por las causas citadas antes. En Argentina, en el 2018, se consumieron cerca de 3.700 millones de pastillas anti depresivas, y eso es mucho si consideramos que la población era de un poco más de 44 millones de habitantes; para tener otra referencia.

En Costa Rica en el 2018 se expendieron 105 millones de recetas médicas, eso no contempla los medicamentos de libre venta. Pareciera tenemos un país enfermo, lo que aún no sabemos las principales causas de esas recetas, aunque de sospecha que buena parte debe ser por asuntos de trastornos de conducta.

Es claro que el camino seguido en la vida laboral pareciera a todas luces no es sostenible, está dañando a la sociedad en lo mental, y está ocasionando muchos costos a los empresarios; lo positivo es que hay una corriente mundial de toma de consciencia y el cambio se asoma por necesidad, buenas noticias.

Nunca he compartido aquella frese de que “todo tiempo pasado fue mejor”, al contrario, “todo tiempo pasado fue peor”, la condición humana siempre ha mejorado año tras año, siglo tras siglo, y en este momento crítico con tantos problemas de conducta, en gran medida provocada por aquello que se originó para desarrollar la sociedad hacia mejores condiciones de vida, el trabajo, es lo que está enfermando a la gente. A finales del siglo pasado y todos estos primeros 20 años de este nuevo siglo en que el estrés se ha convertido en una epidemia mundial y está causando los estragos laborales y sociales antes comentados. La condición de híper aceleración en que nos hemos metido, el sobre estimulo permanente a nuestra capacidad cognitiva y el mito de que somos multitareas, nos están llevando a ese estado de trastornos de conducta súper nociva para todos.

¿Qué es una empresa saludable?

Es la que realiza esfuerzos sistemáticos, planificados y proactivos para mejorar la salud de sus empleados, usando buenas prácticas relacionadas con la mejora de las tareas, el ambiente social y la organización”. Salanova y Schaufeli, 2009.

Según María Neira, de la Organización Mundial de la Salud, (OMS), “la riqueza de las empresas se mide por la salud de sus empleados”.

En el mundo laboral todo cambio empieza por las altas esferas que manejan el negocio, los Presidentes Ejecutivos, (CEO, siglas en inglés), y las juntas directivas como bastión de soporte para el cambio.

Los CEO actuales, están obligados no solo a aprender, sino también a desaprender obsoletos modelos de funcionamiento. Volver a aprender para estar al ritmo de los cambios. Solo con la innovación a través de estrategias diferenciadoras, podrán desmarcarse de la competencia y crear ventajas competitivas poderosas.

¿Y qué más poderoso que su gente sea realmente esa ventaja competitiva?

El liderazgo en la dirección se ha tornado hacia un foco en los valores, generando esto más responsabilidades en los demás, con mayor confianza y sobre todo trabajo en equipo, (empoderamiento y autonomía), desarrollando una estrategia de liderazgo facilitador.

Ser facilitador, despejándoles el camino para que ellos avancen en sus decisiones, reforzando con herramientas adecuadas para un mejor desempeño, y eso quiere decir desde lo tecnológico, talleres de liderazgo y toma de decisiones, charlas sobre gestión de emociones, hasta lo espiritual, en el sentido que su bienestar y el de su familia nos importe y nos ocupe. Sentirse responsable de su crecimiento profesional y personal, así como de su bienestar familiar, y esto funciona de maravilla, gente más productiva, más comprometida, menos estresada. Lo escribo porque lo he hecho y comprobado por años.

Siempre procurar liberar el potencial que hay en las personas, conociendo sus fortalezas, tomando acciones concretas en generar confianza mutua, de manera que las personas no solo se atrevan a tomar decisiones, sino que pierdan el miedo al error, y esto se logra cuando los enfoques siempre son positivos, y aun en el error, se conversa al respecto, se plantea claramente cuál ha sido el error, qué lo pudo ocasionar y se sigue adelante, buscando que no se repita, si se conoce mejor las causas que generaron el error de decisión, es seguro que no se repetirá.

El foco en la dirección por valores, donde el líder es capaz de transmitir la misión de la empresa a los trabajadores, esto produce en proceso llamado, “apropiación” de esa misión y los valores, los empleados se identifican y se comprometen. El compromiso, la cooperación entre departamentos, y el apoyo al desarrollo de los miembros del equipo, son la clave de este proceso de ajuste o cambio. La actitud positiva no persigue errores, sino que se enfoca en resaltar lo que funciona bien. Esto lleva a adoptar una forma de pensamiento creativo en la organización, más constructivo, generoso y relajado.

Se están dando cambios hacia empresas con culturas más flexibles, más horizontales, amables y sobre todo resiliente, (capacidad de ajustarse rápido a los cambios), donde el foco en lo emocional de los empleados toma preponderancia, con observancia plena de las formas de comunicación interna y externa, así como las motivaciones hacia la gente que desde la empresa en el día a día se pueda gestar.

Por años los departamentos de Recursos Humanos, (hoy llamado Departamento de Bienestar Humano, poderoso mensaje con solo el cambio de foco en el nombre), han centrado su actuar en capacitar e invertir en la gente para que puedan “saber hacer”, (talento), hoy el foco adicional es aquel en que la gente sepa “saber ser”, (talante), el lado emocional de las personas. Talento + talante = éxito.

Algunos datos de estudios hechos en la Unión Europea sobre los beneficios de las empresas saludables.

  1. Implantación de un programa de promoción de la salud, retorno de 5,81 Euros por cada Euro invertido.
  2. Productividad, retorno entre 4 y 6 Euros.
  3. Ausentismo, disminuye hasta un 36%. Retorno entre 2,5 y 4,8 Euros
  4. Costos médicos, disminuye hasta un 30%.

Con estos nuevos enfoques todos ganan, los empresarios aumentan su rentabilidad y el personal es más feliz, productivo y comprometido, al final una mejor sociedad por bajas sustanciales en los trastornos de conductas por excesos de estrés. Si desea conocer más contáctenos.

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