Las experiencias previas y nuestras creencias hacen nuestra percepción; lo que tiene un impacto en nuestra forma de pensar. Estos pensamientos generan nuestras emociones y estas emociones dan cabida a nuestra conducta (acciones). Toda esta interrelación nos da la capacidad de modificar estos aspectos, pudiendo así cambiar cómo nos sentimos (emociones) y nos comportamos (conducta).

No son las situaciones, sino lo que interpretamos de ellas, lo que provoca nuestras emociones básicas. Hay 6 emociones básicas que son comunes a todos los humanos: la tristeza, la sorpresa, el asco, la ira, el miedo y la felicidad, siendo esta última la única positiva.

Luego, hay otras emociones secundarias como la vergüenza, la culpa, la satisfacción y la frustración, etc. Podemos decir que somos un ser emocional. Nuestras acciones diarias son producto de nuestras emociones. Pero, ¿qué tal si pudiéramos reprogramar nuestro cerebro para controlar nuestros pensamientos, emociones y conductas?