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¿Cómo ser feliz?

¿Cómo ser feliz?

Usando el buscador Google con la palabra cómo, lo que la gente en el mundo más hace es buscar ¿cómo ser feliz? es un tema de permanente búsqueda de la humanidad, desde tiempos inmemoriales.

Lo que creemos que es la felicidad, de alguna manera nos lo han hecho creer los filósofos, los poetas, los escritores en general, y más recientemente los cineastas, Hollywood nos ha vendido una idea bastante alejada de la realidad de lo que hoy la ciencia nos dice sobre este maravilloso tema, cómo ser feliz.

Sencillo, es una decisión personal, no podemos endosarle nuestra felicidad a nadie, es absolutamente una decisión personal. Conlleva consciencia de querer hacerlo, es un cambio grande posiblemente, y habrá que vencer miedos sobre todo, como casi todo en la vida, esfuerzo, constancia, y empeño en lograrlo.

De una forma muy resumida, que claramente no es tan sencillo, pero a manera de ejemplo simplificador, está basada en la consecución de seis dimensiones o acciones por ejecutar en la vida. Dice Mark Zukemberg, creador de Facebook, “el ser humano siempre ha sabido lo que tiene que hacer, lo que pasa es que esperamos que otros lo hagan por nosotros”.  

  1. Hacer ejercicio físico de manera regular. Lo mínimo, tres veces a la semana, media hora de caminata, apenas es como para hacer algo, mover el cuerpo, y eso tan sencillo es suficiente para que tengamos un mejor desempeño físico. “Todo lo que es bueno para el corazón también es bueno para el cerebro”, Facundo Manes, neuro científico Argentino. El hábito se construye por la constancia, la repetición, los tiempos para lograrlo varían, en este caso, hacer ejercicio físico, necesita entre 12 y 15 semanas. Ya luego hasta se vuelve una necesidad. No parece tan difícil, es un buen reto personal y una buena manera de empezar a lograr acciones constantes para ser feliz.
  2. Comer sano. Parece igual de sencillo que el anterior, comer sano no es comer de manera costosa a nivel de dinero, es comer aquéllos alimentos que realmente cumplen con la función de alimentarnos, y que además sean sabrosos. Es triste realidad, hoy en el mundo muere más gente de obesidad que de hambre, los excesos y desbalances, pero además el respeto a los horarios que son tan preminentes para que el cerebro siempre detecte que no hay carencias de “combustible”, y haga su función sobre el metabolismo de manera normal. Los excesos son un grave problema; excesos de carbohidratos, excesos de azúcar, excesos de alcohol, etc.; que, dicho sea de paso, hoy la Organización Mundial de la Salud, (OMS), ha declarado el consumo de azúcar como una adicción, más dañina que el alcohol, que la marihuana, que el tabaco. La obesidad tiene un costo social elevadísimo. Comer frutas y verduras al menos cinco porciones al día entre ambos tipos; sencillo, asegúrese de comer de todos los colores que hay en estos productos, cada color contiene nutrientes diferentes, súper necesarios para el bienestar del organismo. El consumo de proteína animal es parte esencial de las necesidades alimentarias del ser humano, no son grandes cantidades, pero si necesarias, recordemos nuestra descendencia evolutiva, cazadores y recolectores, necesitamos ingerir proteína animal, las modas alimentarias a veces nos confunden y actuamos en regímenes alimentarios alejados de la realidad y necesidad de nuestro organismo, y eso tiene riesgos; quizá al menos no contados, en pro de una moda, de un negocio. Si logra comer de manera balanceada, no necesita dietas de ningún tipo, al no ser que tenga un mal crónico y la restricción la origine un especialista en medicina y nutricionista. Coma de todo con medida, porciones adecuadas y balanceadas, es sencillo, haga el hábito de comer sano, no se va a arrepentir; no es costoso, y se logra después de al menos quince semanas de estarlo haciendo. Comer cinco veces al día es lo recomendable. Además, el consumo de agua es súper recomendado, recordemos que somos en su mayoría agua y balance químico, tomar mucha agua, no refrescos y menos gaseosos, agua, es clave para el bienestar físico. Ingiera mucha agua a lo largo del día.
  3. Meditar. La ciencia ha corroborado los beneficios para la salud cerebral y general de las personas, desarrollar el buen hábito de hacer meditaciones diarias. Por medio de los escáneres cerebrales se ha podido comprobar los grandes beneficios que esto tiene para las personas. Los monjes tibetanos, por ejemplo, la practican desde hace siglos, creíamos que eran prácticas religiosas de unos monjes. Al igual que casi todo en la vida, se aprende con la práctica, con la constancia. Hay aplicaciones para los teléfonos móviles que nos pueden dar la orientación de cómo empezar con estas prácticas. Inicie, no requiere de grandes esfuerzos ni conocimientos, practique varias veces al día, por tiempos cortos. El beneficio para una mejor vida es que aprendemos a vivir el presente, a conocer como a través del control de la respiración, detectamos de qué manera las emociones se manifiestan en nuestro cuerpo, y así aprendemos a detectarlas hasta aprender a controlarlas, antes de que se manifiesten en conductas, en acciones. Un poco más profundo, pero igualmente mucho más beneficioso es la práctica del mindfulness, (estar presente), esto sí que es un estilo de vida, incluye la meditación como parte de ese estilo de vida, pero además ayuda a mantener una relación más sana con la forma de pensar, permite estar más claros dónde estamos, estar en el presente, en el ahora. Poder advertir donde hemos estado, sin aferrarse a ello, y hacia donde nos dirigimos con nuestra capacidad de anticipación. Es muy fácil malgastar el presente, perderse lo que está sucediendo en el único momento que realmente existe, el presente. Los invito a leer mis artículos en mi página, en el blog de mindfulness.
  4. Dormir bien. La sobre actividad nos ha llevado por un camino nada saludable, el mito de las multitareas nos tiene confundidos, y hemos estado sacrificando horas de sueño saludable a cambio de seguir haciendo actividades, o por causa del estrés de la vida diaria, sobre todo la laboral, y lo peor es que se sabe que no por trabajar muchas horas ni las multitareas, se realiza un mejor desempeño, al contrario, los rendimientos cognitivos se caen y la calidad del trabajo igualmente se cae; el estrés lo primero que hace es alterar el ciclo del sueño, dormimos muy mal. Si bien es cierto, aún no sabemos todo sobre los beneficios del buen dormir, si sabemos los problemas que causa el no dormir bien, mientras dormimos el cerebro no descansa, es cuando más “trabaja”, dormir bien está asociado con funciones de la memoria, inmunes, endocrinas. De hecho, existen procesos de memoria que dependerían del sueño para tener lugar. El sueño aumenta la memoria y estabiliza la experiencia y los recuerdos primordiales, haciéndolos resistentes a las interferencias e integrándolos a nuestro conocimiento general. Repara el organismo de las acciones del día, prepara el organismo para las acciones del día siguiente. Hay un ciclo natural, el de sueño-vigilia, es fácil de alterar, pero muy difícil de volverlo a equilibrar. El principal hábito es ser constante en la hora en que nos dormimos y la hora en que nos despertamos. Cuando vaya a dormir, apague el móvil, (celular), la tableta, el televisor, si gusta escuche música de relajación o para dormir, a un volumen muy bajo, si puede, tenga un difusor de aromas relajantes, lleve sus recuerdos positivos a la cama, esto es muy relevante, no llevar los problemas sino lo positivo del día o de sus otros recuerdos, esto le ayudará dormir más rápido y profundo. La temperatura del cuarto no debería pasar de los 24 grados Celsius.
  5. Desafiar el cerebro a aprender. La neuro ciencia nos aporta muchos conocimientos nuevos sobre el funcionamiento de nuestro cerebro, desarrollados en los últimos 30 años. La salud cerebral se logra, al igual que para el cuerpo completo, pero sobre todo ligado al corazón, haciendo ejercicio, y lo que es bueno para el corazón lo es igual para el cerebro. Además, muy relevante, desafiar constantemente al cerebro a aprender, eso crea nuevas redes neuronales, que es como opera el cerebro, cada red nueva, engrosa la capa de la corteza, y eso es mejor garantía contra las demencias posibles de la edad adulta. Estudiar un idioma, viajar fuera del país, aprender a tocar un instrumento, hacer arte, si no lo sabe, aprenda alguno, esos son algunos ejemplos de actividades sumamente beneficiosas para la salud del cerebro. Nuevas experiencias y/o conocimientos son la clave para un cerebro sano. Quedarse con lo aprendido no es suficiente garantía para una mejor vida de adultos.
  6. Mantener una saludable red social. Esto no tiene nada que ver con tecnología, es con las redes sociales con las personas. En su proceso evolutivo, el sapiens, nosotros los humanos, nos desarrollamos en tribus, por lo que nuestro cerebro es social, de hecho las personas que de adultas viven solas, es sabido, que viven diez años menos que las personas que viven acompañadas. Hasta finales del siglo pasado, la sociedad era de masas, con una consciencia colectiva, este nuevo siglo nos está cambiando como sociedad, somos de multitudes pero con una consciencia individualista, en gran medida provocado por la tecnología de las redes sociales, nos ha ido aislando y hasta creemos que la comunicación por las redes son suficientes para una adecuada convivencia social. Eso no es así, es tema para otro artículo de hecho. Decíamos que la felicidad es una decisión personal, aquí se vuelve muy relevante con quién compartimos nuestra vida, con quien podemos “contar”, eliminar de nuestra vida a las personas “tóxicas” se vuelve relevante de tener en cuenta, aquéllas personas que en cinco minutos de conversación nos descarga la pila, las personas que no quisiéramos estar teniendo cerca nuestro, no nos suma a la vida; en su lugar el esfuerzo vital es procurar compartir nuestra vida con las personas “vitaminas”, que son el opuesto de la tóxicas, las que nos dan positivismo, las que suman a nuestra vida, y sobre todo que en nuestro interior sabemos que podemos contar con ellas. Un estudio longitudinal de Harvard, después de más de 60 años de seguimiento 714 personas de todos los estratos sociales, nos demostró que lo que hizo que la gente fuera más feliz y más, longeva, fueron precisamente las redes sociales. No fue el dinero, ni la fama, ni las posesiones materiales que puede dar el dinero, sino las personas con quien se comparte la vida las que hacen la diferencia entre ser o no ser más felices.

Ojalá se atreva a ser feliz, como pueden ver, no es un asunto complejo, es disciplina y constancia en el propósito lo que se requiere, al final, como dice el Quijote a Sancho, “la felicidad no está en la posada, está en el camino.” El solo hecho de hacer el propósito e iniciar el camino, encontrará muchas satisfacciones en el proceso, y eso es precisamente la felicidad, aprender a valorar las cosas más sencillas que nos depara el día a día, ser positivos, y sobre todo, siga estas seis dimensiones que le he compartido, lo notará muy pronto, es posible, atrévase a cambiar algo. Contáctenos.

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