La felicidad como decisión personal
Hoy sabemos que la felicidad es una decisión personal, no es delegable en nadie. Uno de los mitos más propagados sobre el cerebro, es que se puede poner en “off”, desconectarlo, dejarlo en blanco, que no produzca ningún pensamiento y no hayan emociones; la neurociencia nos ha demostrado que eso no es posible, el cerebro siempre está activo, genera diariamente cerca de 30 mil pensamientos, y no tenemos consciencia de ello. Siempre está activo, aun cuando no hacemos nada, y más activo está mientras dormimos, descansamos o estamos de ocio, hace otras funciones muy necesarias. Cuando estamos de ocio, la red neuronal se activa y permite que el cerebro consolide la memoria de las nuevas experiencias del día, así como las ideas y percepciones ocurridas. Esta es una forma en la que el ocio beneficia la felicidad.
El estudio de la meditación profunda, usando los escáneres cerebrales, ha venido a poner en evidencia ciertamente, que hay desactivación de algunas partes del cerebro como el sistema límbico, entre otros, donde está la amígdala, responsable de las emociones, entre ellas la más paralizante que es el miedo y que predomina de manera importante en nuestro diario vivir, entre otras funciones relevantes. El hipocampo, responsable de la memoria, formación de nuevos recuerdos, orientación espacial, entre otras funciones. Pero nunca ni por meditación ni por ningún otro medio el cerebro se pone en “off”.
Para los antiguos griegos, el ocio era parte de la realización humana, usaban el tiempo libre para actividades que enriquecían el intelecto y el espíritu. Hoy se define como tiempo de recreación, relajación o descanso, que la gente realiza después de hacer un trabajo.
Investigaciones asocian el ocio con menores tasas de demencia y un deterioro cognitivo más lento; en los niños, influye en un comportamiento adaptativo en el desempeño de las actividades de la vida diaria. Ayuda a una mejor relación interpersonal y habilidades sociales. El ocio ya sea físico o digital, puede ayudar a mejorar ciertas funciones cognitivas como la coordinación viso-espacial, tiempos de respuesta, reconocimiento, atención selectiva, etc. Las actividades al aire libre reducen los niveles de ansiedad y mejora la motricidad.
Para que el ocio pueda verse como algo que beneficia la felicidad, las actividades deben ser constructivas a fin de que cumplan su cometido, proporcionando estimulación y ejercicio mental continuo. La actividad frenética en que vivimos, nos ha llevado a pensar que estar de ociosos es perder el tiempo, ya que debemos estar produciendo siempre. Como ya vimos en los párrafos anteriores, cuando estamos de ocio, siempre hay mucha producción beneficiosa para nuestra salud, que es más importante que estar produciendo para la vida laboral u otras actividades exógenas, que pueden ser importantes, pero no más que nuestra salud cerebral y emocional. Incluso es tal el frenesí en que vivimos, que se ha detectado un nuevo síndrome llamado ocio fobia, esto según la Organización Mundial de la Salud, (OMS), es el temor a tener tiempo libre, miedo a no tener nada que hacer. El tiempo libre se veía, por nuestros padres o abuelos, como un regalo, el tiempo de descanso era tiempo de esparcimiento o reposo, ahora despierta aversión, las personas, hoy en día, ven el tiempo libre como una amenaza. Recordemos que un síndrome ya es un cuadro patológico.
Cómo el ocio beneficia la felicidad en los niños.
Según la Convención Internacional de los Derechos de los Niños, un derecho fundamental es el acceso al ocio, los juegos como parte de ese ocio, resultan cruciales para el correcto desarrollo físico y psicológico. Mejoran su capacidad de adaptación, integración en actividades grupales, mejora su creatividad y desarrollo de nuevas formas de inteligencia y sensibilidad, ayuda en el control de las emociones. Los niños están en este mundo para ser felices, no los mejores; como parte de esta sociedad bancarizada, confundimos este aspecto de la niñez, y esto tiene repercusiones muy serias en la vida adulta de estos niños.
Si la felicidad se puede encontrar en los detalles del diario vivir, el ocio nos proporciona la oportunidad de descubrir, vivir y disfrutar de muchos detalles, que por esta vida loca que llevamos no los apreciamos; usar el ocio para la lectura de temas que no tengan relación con la vida laboral, caminatas por senderos, no solo para hacer ejercicio físico, sino para apreciar todo lo que nos brinda la naturaleza, bailar, cantar, escuchar su música favorita, una conversación con gente querida, acompañada de una taza de café, una buena siesta después de un almuerzo, hay tantas actividades de ocio que se pueden hacer, pero que además son saludables, adaptativas y beneficiosas para nuestro cerebro y salud en general, ¿por qué no lo hacemos?, claro que se puede, es nuestra decisión, atrévase a ser feliz. Cualquier duda sobre este u otros temas, favor de contactarnos.
