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Los amigos y la felicidad

Uno de los predictores de felicidad que he propuesto en mi libro Habilidades para la vida buena, tiene que ver con los vínculos sociales, las buenas redes sociales, las de carne y hueso, no las virtuales. Profundizando un poco más en el concepto, quisiera hilar más fino, con algunas elaboraciones sobre las relaciones humanas fundamentadas en la amistad.

Según la Real Academia de la lengua española, (RAE), ¨amistad, es un afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato¨.

Ignace Lepp, en su obra, psicoanálisis de la amistad, (1976); dice textualmente: ¨desde la más remota antigüedad, moralistas, filósofos y poetas innumerables han celebrado la amistad como el más preciado de los bienes. Mientras el hombre no haya vivido la experiencia de una amistad sólida y profunda, le atormentará una visión pesimista de la naturaleza humana¨.

La amistad es posible establecerla en todos los niveles de la condición humana. Por nuestra condición gregaria que la evolución nos ha deparado, vivir en sociedad, en tribus, es lo que prevalece. Es natural establecer vínculos que puedan derivar en amistades sólidas, esto lo vemos en los niños en los jardines de infancia, en las escuelas, cómo auténticos desconocidos rápidamente establecen relaciones con los otros niños. Igualmente sucede con los adultos, hay ejemplos fabulosos de amistades entrañables entre personas con credos religiosos diferentes, con niveles sociales bien dispares, entre jóvenes y viejos, entre profesionales con preparación académica bien diferente, también hay sólidas relaciones de amistad entre criminales, entre genios, etc.

Lo cierto de todo esto es que nuestro cerebro en la primera impresión al conocer a una persona toma la decisión en fracciones de segundos sobre si esa persona es de fiar o no, sobre si podemos desarrollar vínculos con esa persona, o no. Esto sucede por las expresiones o micro expresiones del rostro y la voz en sus diferentes tonalidades, dado que somos seres emocionales, en los gestos de la cara y las tonalidades de la voz el cerebro capta emociones y decide.  Esa primera impresión es fundamental, de ahí el dicho popular de que casi nunca hay oportunidad para una segunda impresión. Ha sucedido que los padres hacían, aunque todavía muchos lo hacen, ingentes esfuerzos por escogernos las amistades, y resulta que a nosotros no nos interesó desarrollar esa relación pretendida por los padres. Es por esa característica solo humana, de esa primera impresión. Es por eso por lo que la amistad es la más universal de todas las interrelaciones humanas de orden afectivo.

Características de una amistad.

  1. Ser honesto, esa debe ser una norma entre las amistades.
  2. Ser consciente y administrar sanamente las diferencias.
  3. Preocuparse y ocuparse de las amistades, ojalá estar dispuesto a escuchar siempre que un amigo lo necesite.
  4. No romper el pacto implícito de confidencialidad.
  5. Sobre todo, no olvidarse de los detalles, a todos nos agrada saber que nuestros amigos están ahí siempre. Una llamada por teléfono, un cafecito ocasional, tener ese contacto, aunque sea de manera esporádica es saludable para la relación, la ausencia total puede causar un distanciamiento definitivo.
  6. No juzgarlos, todos somos diferentes y no podemos usar la misma métrica personal para estar midiendo a los otros. Dar nuestro punto de vista es diferente a juzgarlos.
  7. Saber perdonar si se han cometido errores, no hay nadie infalible y sería un enorme error de juicio creer que una amistad lo es.

No podemos buscar en un amigo, un montón de concesiones, alguien que siempre esté de acuerdo con nosotros, mas bien es como lo dijo Waldo Emerson, escritor, filósofo y poeta estadounidense, en un ensayo sobre la amistad a finales del siglo XIX, más o menos estas fueron sus palabras, …que sea un hermoso enemigo, indomable, devotamente reverenciado y no una relación de conveniencia trivial.

 Un hermoso enemigo es alguien que nos desafía, que siempre nos hace valorar diferentes vías, dar un paso más, que sea de ayuda en esa búsqueda de la verdad, que todos siempre quisiéramos conocer. Es vivir sanamente con conflictos que nos alimentan y no en una relación vacía de poco sustento. Un amigo es esa persona con la que se puede pensar en voz alta.

Tengamos presente que un desacuerdo no es lo mismo que ser incompatibles. Una sana discusión siempre sumará en la relación, solamente que se requiere madurez para aceptar que el amigo tenga puntos de vista y valoraciones diferentes a la nuestra, eso suma mucho en nuestro banco de gestión de emociones y de solidez relacional. Sobre todo, no debemos hacer crecer las sobre expectativas en las relaciones con nuestras amistades, eso podría ser muy frustrante, nada mejor que estar apegado siempre a una sobre dosis de realidad, aceptación del amigo tal cual es.

¿Deben ser los amigos para toda la vida, o es posible tener amigos de verdad, en las diferentes etapas de nuestra existencia?

Por creencias más que por otras razones, aceptamos como verdad que las verdaderas amistades son las que duran para toda la vida, eso puede ser cierto en pocas ocasiones, todos lo vivimos, esos amigos añejos de muchos años, son muy poquitos, lo más común es que en las diferentes etapas de la vida, se vayan generando nuevas amistades, algunas durarán pocos años y otras quizá un poco más, pero la evidencia empírica nos muestra que se acaban, sin que eso quiera decir que no fueron verdaderas amistades. Si queremos ser en extremo rigurosos, tome las características vistas párrafos atrás, y compárelas con esas amistades que fueron y que ya no están, verán como sí cumplieron con esas condiciones, o en el presente, alguna relación que se parezca a amistad, compárela con esas características, se van a dar cuenta que califican como amistades, al final no hace falta tanto rigor, uno lo siente, los otros los sienten, y eso es suficiente.

Lo normal es que, en las diferentes etapas de la vida, cada persona que ha estado a nuestro lado como amigos, en un momento dado busca nuevos caminos y se van de nuestras vidas; casi siempre llegan nuevas amistades no necesariamente como reemplazos, sino por las mismas razones por las que se alejan, etapas diferentes de nuestro quehacer en la vida.

Hay estudios que han demostrado que solo el 48% de los que consideramos amigos, estarán a nuestro lado después de transcurridos siete años.

Muchas veces nos confundimos y creemos que hemos desarrollado amistad con los que al final resultan ser ¨conocidos¨, con diferentes acentos en cuanto a la profundidad de la relación.

Un buen ejemplo es lo que pasa en la vida laboral, cuando hay estabilidad de las personas en las organizaciones, se generan relaciones de amistad que duran solamente el lapso en que coincidimos en el mismo trabajo. Igualmente se desarrollan muchas relaciones con muchos ¨conocidos¨.
En el trabajo es deseable que exista en la cultura sana de la organización, buena comunicación, altruismo, colaboración, empatía, gratitud, etc., cuando eso existe es mucho más probable que se desarrollen nuevas amistades, sin importar los puestos en los organigramas de esas personas, porque se llega a comprender que son personas más allá de los puestos que ocupan en la organización. De eso puedo dar fe absoluta, como también puedo dar fe, de que muchas de esas amistades se acaban cuando se da la desvinculación laboral por las causas que sean. Sin embargo, mientras duró, la vida laboral fue menos estresante, más productiva y de mucho respeto, confianza y colaboración, verdadero trabajo en equipo, factores estos que son muy compatibles con las sanas relaciones que desembocan en amistades. No siempre toda amistad se acaba, hay algunas que se vuelven mucho más duraderas, aunque ya no exista la relación laboral, que por cierto, no son muchas.

¿Cuál es la relación entre la amistad y la felicidad?

Si los buenos vínculos sociales son un predictor de felicidad, no hay vínculo más profundo que el de los amigos, es cuando existe un amor verdadero, es cuando el otro importa más que el yo. Cuando esta relación se valora en toda su dimensión, cosa que casi nunca hacemos, es cuando tomamos conciencia de lo felices que nos sentimos al estar compartiendo, o por el simple hecho de saber que podemos contar con ese amigo para cualquier condición que tengamos, eso nos da seguridad, hemos generado apego de verdad y nos hace sentir felices con solo estar consciente de esa condición.

Cierro con el concepto sobre la amistad según Aristóteles, (384-322 a C): ¨la amistad de los hombres mejores es la que se da sobre la base de la virtud (*), mientras que la amistad de la mayoría es una amistad por utilidad, y la amistad por placer se da entre personas tosas y vulgares¨.

*La virtud es un hábito, una disposición o una actitud para elegir el justo medio, evitando el exceso y el defecto.

Atrévase a ser feliz.

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